La sencillez de los productos de la tierra, trabajados por un maestro

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Antonio Gázquez, concienzudo, comenzó a eso de las 13 horas a colocar los enseres. La sala habilitada para su exhibición, en el Teatro Auditorio municipal de El Ejido, se iba llenando progresivamente tal y como demandaba el cocinero del Grupo Caparrós. El público se iba sentando en silencio reverencial, como ese que se hace audible cuando uno espera al médico sentado en la camilla mientras este se va enfundando los guantes.

Marifé, la pinche de cocina, iba siguiendo milimétricamente los dictados del chef de Las Heras -restaurante archiconocido de Tabernas-, un Gázquez con un sentido del escenario bestial.

Acostumbrado él a presentar en la televisión municipal de Almería el programa Tapas, el escenario habilitado para su ‘show cooking’ se le quedó hasta pequeño ante su capacidad comunicativa y la gran variedad de productos de varias gamas que acostumbra a cocinar. Esos mismos que brillaron como estrellas en la apertura gastronómica de la segunda jornada de Almería Gourmet, evento que ayer se confirmó como una de las citas más importantes del panorama culinario de la provincia.

Gázquez es un cocinero metódico y de raza, lo que no evitó que su ‘show’ comenzase con cierto retraso. Las cosas del directo, ya se encargaría después, al final, de ‘robarle tiempo al siguiente cocinero, al chef del caviar, un Jesús Gallegos que protagonizó un segundo evento que dejó perplejos a los amantes de la alta cocina que tuvieron la suerte de ver su exhibición.

Antes, en la pantalla gigante que custodiaba a los cocineros, proyectaron un vídeo sobre las bondades de los productos marca Caparrós. Ese I+D+i almeriense de materias primas propias que en manos de un cocinero como Gázquez son pura exquisitez. «Como si no lo fueran ya sólo abriendo cada bote», subrayaba una almeriense sentada en primera fila, a escasos metros del escenario, allá donde arribaban los primeros efluvios propios de la alquimia gastronómica. Antonio Gázquez comenzó su ‘show’ explicando qué diferencia existe entre los productos de cuarta y quinta gama con el resto, pues son estos los que utilizó el chef para efectuar sus elaboraciones.

Los alimentos de cuarta gama son productos vegetales, limpios, cortados y envasados, formados por verduras y hortalizas de la tierra listas para su empleo. Asimismo, los de quinta gama son las conservas típicas para su consumo. Ahora bien, las del Grupo Caparrós cuentan con una impronta natural que les ha merecido el reconocimiento de varios premios en la Comunidad Autónoma. «No es conserva normal. El resultado esta ahí», simplificaba el de Las Heras, que iniciaba el espectáculo con una sencillez abrumadora. El cocinero comenzó con la elaboración de varios aperitivos. Singulares debido al producto utilizado, todos de ensueño.

Los primeros en liza fueron los tomates cherri pera tipo lobello, especialidad de la casa, a los que acompañó Gázquez con, por un lado con una crema de queso roquefort nitrogenado y, por otro, con paté de perdiz. Mientras, gambas rojas se convirtieron en abanicos tras entrar en una olla hirviendo, para después ser acompañadas con una salsa especial, una mouse de pimientos amarillos y aceite de oliva, todo rendido sobre obleas de pan de molde.

«Tras esto voy a hacer un plato tradicional», explicó un Gázquez que no olvidó su tomate rallado natural, ni sus dátiles frescos. De todo usó hasta que se puso a hacer un arroz con bogavante, ante los ojipláticos asistentes a su ‘show cooking’. Con un pisto natural ya preparado y premiado hace dos años comenzó la elaboración del plato marinero, en cuyo fondo entró en juego un aceite arbequina cuya característica principal es la suavidad de su sabor. Menos amargor para una garganta que agradece cada caricia.

Todo se dejó hirviendo y el montaje de los aperitivos que faltaban quedaron en manos de Marifé, por cuyas manos pasaron productos especiales como la confitura de tomate Raff, el foie, o la crema de aguacate. Sesteando la dictadura del tiempo como un maestro, tablas no le faltan, el cocinero tuvo que emplatar a mil por hora. Lo hizo con maestría y fue muy aplaudido.

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