Almería Gourmet no sería lo mismo sin sus catas. Y es que los vinos tienen un especial protagonismo en el congreso que se celebra del 10 al 12 de noviembre en el Auditorio de El Ejido. De hecho, además de los maridajes de las comidas y cenas del restaurante que se monta en el escenario, los bodegueros reservan un hueco especial para guiar a los asistentes a las catas por un espléndido recorrido por los principales vinos de cada bodega. Estimular los sentidos y enseñar a mirar con otro prisma cada gota de ese caldo que con tanto mimo elaboran cada año es el objetivo de los enólogos y propietarios de las bodegas asistentes este año a El Ejido.
La primera cata la llevará a cabo la Bodega José Pariente, que inició la producción de vinos blancos artesanales con una materia prima de extraordinaria calidad: la uva verdejo procedente de sus viñedos de Rueda, en la década de los 60. Practicaba una viticultura minuciosa y creía en su tierra, en la calidad y en el placer de hacer vino. El anhelo de José Pariente era elaborar grandes vinos blancos, es el objetivo de la bodega actual, que su hija Victoria Pariente, que será la encargada de dirigir la cata, creó en 1998.
Los cinco vinos de la bodega, que estarán presentes en ‘Almería Gourmet’, son un homenaje que renuevan cada año, en cada vendimia.
El viernes por la tarde coge el relevo una de las grandes bodegas de Ribera del Duero, Figuero. José María García nació en La Horra en 1936, en el seno de una familia de viticultores. Casado en 1961 con Milagros Figuero, también de La Horra y de familia de viticultores. Tienen tres hijos y la familia al completo está involucrada en los viñedos y en la bodega. La uva recolectada se vendía desde 1968 a las mejores bodegas de la región, bodegas míticas, y a finales del siglo pasado comenzó a tomar forma la creación de la bodega para elaborar sus propios vinos. Desde 2001, Viñedos y Bodegas García Figuero es una sobresaliente realidad. Elabora vino con uva procedente de más de ochenta hectáreas, de las cuales una tercera parte son viñas viejas con una edad superior a los sesenta años.
El sábado ‘torean’ dos grandes, Medrano y Juve&Camps. Las viñas de Medrano Irazu han sido plantadas a la máxima densidad permitida por el Consejo Regulador de La Rioja para conseguir un menor tamaño de racimo como de grano. Así, gran parte de sus viñedos están situados a más de 600 metros de altitud y gracias a esto consiguen unos aromas, una intensidad de color y una estructura característica de esta bodega.
Juve&Camps es una de las bodegas con más historia de España. Todo se inicia hace 200 años con Joan Juvé Mir, viticultor riguroso e inquieto, con visión de futuro, que sienta los cimientos de la empresa. Más tarde, se hizo cargo del viñedo su hijo Antoni Juvé Escaiola, enfrentándose con éxito al terrible azote de la filoxera. En los años 20 habilitaron las instalaciones subterráneas de la casa solariega de Sant Sadurní d’Anoia, para elaborar el primer vino espumoso con la marca Juvé.
La recogida manual de las uvas es una práctica que se mantiene desde los inicios de la bodega. La realizan vendimiadores vinculados durante años, incluso generaciones, a Juvé & Camps.
Ya el domingo, también habrá lugar para el vino espumoso, en concreto para el mejor champagne, de Louis Roederer, una de las últimas casas de champagne familiar e independiente. Las cuvées de la Casa Louis Roederer nacen de la confrontación paciente con los elementos, de una reunión de talentos, de una ciencia de los equilibrios, de una uva resistente y generosa, arraigada en la tierra de Champagne. Así nace un vino con un alma solar y una elegancia cristalina. Le acompañarán los caldos de Pujanza, una de las principales bodegas de La Rioja. Carlos San Pedro es el corazón y el rostro de Bodegas y Viñedos Pujanza, un bodeguero de casta que lleva en su vocación por el vino los genes de una estirpe. Ha volcado en sus vinos el entusiasmo jovial de su compromiso con este mundo y ha conectado con el paladar contemporáneo creando vinos armónicos, equilibrados en su binomio fundamental de fruta y crianza, profundos y elegantes que llevan en su nombre el sello de una tierra.
Carlos San Pedro, propietario y director técnico de Bodegas y Viñedos Pujanza, procede de una familia de viticultores, elaboradores y comerciantes de vino de Laguardia que se remonta a cuatro generaciones. Bodegas y Viñedos Pujanza es su proyecto más personal. Una ilusión que nace en su niñez y va tomando forma con el paso de los años hasta que se convierte en una espléndida realidad. En 1998 Carlos cuenta ya con 15 has. de viñedo en propiedad y decide elaborar su primera añada en solitario, su primer Pujanza.
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