La innovación y su importancia en el sector agroalimentario como elemento clave para mantener su desarrollo y procurar la creación de alimentos y así seguir alimentando a un planeta cada vez más poblado; gestionar el nuevo panorama que se presenta con el cambio climático y a la vez, todo ello de manera sostenible, centró la ponencia del I Congreso Agroalimentario ‘Almería Gourmet’, ofrecida por Manuel Lainez, director del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).
Lainez centró su exposición en dar buena cuenta de la diferencia que existe entre los distintos sectores económicos en el apartado de investigación y desarrollo. Bien por su naturaleza, bien por la falta de arraigo, entre el sector aeronáutico y el primario existen notables diferencias en su inversión en I+D. No en vano, uno de los datos que ofreció el director del INIA, fue que sólo el 2,7% de las empresas agroalimentarias lanzan nuevos productos al mercado año. Es el menor porcentaje que registra este apartado dentro de la encuesta INE que se realiza anualmente a los empresarios en materia de innovación. Esta escasa repercusión viene dada por la baja inversión que dedican estas empresas a I+D. algunos datos sobre las empresas relacionadas con la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca que ofreció el director del INIA sobre la innovación, pone de manifiesto que sólo el 8,93% son innovadoras. En el extremo, como señaló Lainez, se encuentran las empresas que trabajan en el sector de la aeronáutica, que de media el 40% generan productos mejorados cada ejercicio.
Precisamente la diferenciación en el mercado, con nuevos productos o servicios, es una de las cuatro vías que debe tomar una empresa hortofrutícola para ser más competitiva, y esa premisa está totalmente vinculada a una firme apuesta por implantar dentro de su actividad una línea dirigida al desarrollo de proyectos de investigación e innovación, según detalló Manuel Lainez durante su intervención.
Además de trabajar -las empresas- para tratar de encontrar esa ‘exclusividad’ en el mercado que las haga más competitivas, otra de las vías sobre las que debe direccionar su futuro reside, según manifestó Lainez, además de la reducción de costes de producción, es establecer y desarrollar una adecuada estrategia de marketing, con el objetivo de hacer visible s trabajo. Finalmente, la cuarta vía para encontrar esa competitividad que impulse su progreso tiene base en la creación de una estructura en organización y logística.
Preguntadas las empresas por sus necesidades de competitividad, las respuestas centran sus preferencias en el aumento de la producción, la mejora de la gestión y logística, así como el desarrollo tecnológico, en un espectro de hasta diez variables, sobre las que la mejora de las infraestructuras y de la información gerencial son las menos frecuentes.
En su intervención, Manuel Lainez, hizo referencia a las fuentes de donde beben las empresas para incorporar innovaciones a sus procesos. En este sentido el director del INI, ciñéndose a la encuesta INE señaló que sólo el 1% de los productores y el 3% de las industrias agroalimentarias toman como fuente a los centros de investigación e innovación de referencia.
Los que más influyen en las alternativas innovadores dentro del sector agroalimentario son los proveedores. «En gran medida, por ejemplo, las empresas dedicadas a la producción y comercialización de semillas, que por otra parte invierten más en innovación, influyen más que los centros de investigación de referencia en los agricultores y las industrias agroalimentarias a la hora de que, estos últimos incorporen ese conocimiento adquirido y novedoso a su proceso de producción», manifestó Lainez, quien añadió, que «influyen más incluso, que «los clientes finales».
Crucial en el éxito para la incorporación de la innovación es cuidar el triángulo -centro de investigación, empresas y emprendedores.
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